martes, 17 de febrero de 2015

Emoción

Por Luis Guillermo Briceño Ochoa


Anhelo con decirte lo que nunca le han dicho 
a una mujer en la existencia del cosmos,
bailar contigo hasta que cese el fuego del alma,
ver en tus ojos el universo y sentir el infinito.
Besar tus labios y creer que el mundo es mío,
soñar hasta que el Sol pierda el brillo,
escalar, cantar y llorar; ese es mi destino. 
¡Porque las palabras no bastan! ¡Y las imágenes no faltan!

Hoy quiero morir y renacer infinitamente vivo, consciente y paciente,
pero el tiempo no existe; un día estás y al siguiente ya te fuiste. 
Pero el amor es inamovible, es una fuerza que
estará ahí, ¡fulminando hasta lo más sublime! 
Porque eso eres, porque eso soy,
porque somos uno, porque no hay dos.

Experiencias de la vida son las que hacen 
pensar, sentir y soñar cosas sin medida.
Correr, huir y escapar; hasta temerle a esta gran mentira.
Llena de placer, seas hombre o seas mujer,
pues ella no identifica.
Matas, violas y extorsionas, y aún así no discrimina. 
Engañas, lloras y te enamoras, todo eso producto de la vista.
La mirada, la puerta del alma hacia una galaxia inimaginada. 

Gritas, pegas y lo peor es cuando ignoras;
no sientes y no razonas.
¿O es que tu corazón no funciona?
Pero, ¡hey!, tómalo con calma, porque en realidad nadie te odia.
¡NO TEMAS! ¡NO HUYAS! ¡NO CEDAS!
El amor nunca abandona...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario